Las mascarillas para el pelo se utilizan en función de qué queramos conseguir con ellas y del tipo de cabello, es decir, las hay hidratantes para cabellos secos u otras especialmente formuladas para casos de pelo graso o para quienes lo tienen muy debilitado, fino, quebradizo, teñido o con caspa. Cada una de ellas está diseñada para permanecer durante un determinado periodo de tiempo que estipula la marca en caso de que estemos utilizando un producto cosmético en concreto y no una mascarilla casera. Si las dejamos más tiempo del fijado no conseguiremos aumentar los beneficios, por eso es imprescindible que si queremos lograr unos resultados adecuados aprendamos a aplicarlas correctamente.
Cómo aplicar correctamente la mascarilla
Parte de ese éxito corresponde a la aplicación de la mascarilla. Para hacerlo bien debemos lavar el pelo y ponerla cuando esté húmedo, de arriba hacia abajo y mechón por mechón, desde el medio hacia las puntas. El tiempo que marque el fabricante será el que debamos seguir, cuando concluya se aclara con agua para eliminar cualquier tipo de resto.
Evitar el contacto con la riza
Si tienes el pelo largo debes ponerte la mascarilla entre la parte media de los mechones y las puntas. Si lo tienes corto, en las puntas, pero en los dos casos se debe evitar que la mascarilla se aplique sobre la raíz.
Frecuencia de uso
La frecuencia de aplicación de la mascarilla capilar también la marcará el etiquetado del fabricante. Dependerá de cómo se encuentre el cabello, generalmente se puede comenzar usándola unas dos veces por semana y luego con una vez bastaría.
Efecto potenciador del calor
El calor potencia el efecto de la mascarilla, por eso, una vez que te la hayas puesto, puedes cubrir tu cabeza con una toalla caliente para que el resultado sea mucho más espectacular y el producto se absorba mejor.