Si tienes la piel muy blanca el efecto de los polvos de sol o polvos bronceadores puede ser bastante poco favorecedor porque queda postizo o con un tono poco natural. Lo primero de todo es escoger aquellos que no sean intensos en cuanto al color, ya que si optas por uno oscuro pensando que lucirás un aspecto más moreno lo que realmente conseguirás es que adquiera un aspecto anaranjado en tu piel. Para escapar de esto busca productos claros. A continuación vemos más consejos también sobre cómo aplicar los polvos bronceadores para pieles claras.
La aplicación
La aplicación de los polvos bronceadores debe hacerse con una brocha adecuada para ello y de un tamaño grande. Pásala por el producto y sopla o golpea la brocha para quitar posibles excesos. Desliza sobre la piel sin apretar demasiado, para que se quede un leve toque de color. Hazlo sobre las zonas que normalmente cogen más color de manera natural, como los pómulos, nariz, barbilla y frente, no te lo des por toda la cara.
No te queda natural
Si aún comprando polvos bronceadores claros tu piel es tan blanca que el resultado final no queda bien, puedes optar por subir un poco el tono del rostro aplicando un colorete con un tono melocotón, por ejemplo, también suave.
Los autobronceadores
Otra alternativa a los polvos de sol son los autobronceadores, que también pueden darte algún que otro quebradero de cabeza si tienes la piel muy blanca. Para que el resultado sea lo más uniforme posible y aporte luminosidad al rostro, pero de manera natural, debes exfoliar la piel con anterioridad, para que esté limpia y sin impurezas. Póntelo de abajo a arriba, en el cuerpo, y desde el centro hacia los laterales en el caso de la cara. Siempre debe estar muy muy muy extendido para evitar manchas. Escoge, también, tonos claros.