Las mascarillas faciales tienen muchos beneficios. Sin embargo, hay algunos que son menos conocidos y que están relacionados con su efecto sobre la piel, pero también con su aplicación para sacarle el máximo partido a este producto, así como a los diferentes componentes que conlleva con el fin de que penetren en la piel más fácilmente. Aquí te vamos a desvelar cinco que, quizá, no conozcas y que es recomendable que sepas para que los puedas poner en práctica. La diferencia es notable.
Aplicación
Para conseguir optimizar los resultados de hacer una mascarilla facial es necesario preparar previamente la piel. Siempre es recomendable hacer una suave limpieza del rostro para favorecer la absorción de los activos.
También es conveniente hacer un peeling que sea suave porque así se consiguen eliminar las células muertas de la dermis y la piel está más preparada y receptiva para beneficiarse del tratamiento.
Beneficios
Las mascarillas que contienen ácido glicólico, láctico o salicílico tienen una acción iluminadora inmediata, aparte de mejorar el aspecto de los poros. Pero, además, si se emplean regularmente, los beneficios son mayores. Y es que se propicia la producción de colágeno y elastina, que son fundamentales para mantener la piel firme y luminosa.
Estas mascarillas siempre se deben utilizar por la noche preferentemente, siendo recomendable utilizar por el día una crema con factor de protección solar de 50. Y, por supuesto, se debe emplear siempre el tratamiento de día idóneo para el tipo de piel que se tenga.
Parches
Las mascarillas que son parches para los ojos no solo son beneficiosas como tratamiento. También permiten conseguir un buen resultado para situaciones de emergencia de forma inmediata cuando se precisa tener buena cara ante un evento especial como puede ser una boda o una fiesta. La clave está en su aportación extra de hidratación, que hace que la piel se vea renovada y mucho más fresca.
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