Creo que no me equivoco cuando digo que al oír la palabra “masaje” a todo el mundo le viene a la cabeza la necesidad de tumbarse y recibir uno, y es que la verdad, pocas cosas hay en la vida que puedan relajarte tanto. Pero no por ello debemos olvidar que, en la actualidad, la mayoría de centros especializados ofrecen una gran diversidad de masajes que pueden ir orientados mucho más allá que al principio inicial de la relajación (dejando a un lado los masajes terapéuticos, puesto que yo en este punto incido en la importancia de realizarlos siempre en manos de profesionales cualificados).
En cuanto a los masajes como tratamiento de belleza, son muchos los beneficios que pueden aportar a tu piel e, incluso, al contorno y reafirmación de la musculatura, puesto que también trabajan la sujeción del músculo y eso garantiza una remodelación de la silueta. Cualquier producto que vayas a utilizar, especialmente si es anticelulítico y/o reductor, multiplicarás su efectividad si lo aplicas mediante un masaje.
En un principio, es recomendable acudir a un salón de belleza y que sea una esteticién la encargada de realizártelo, puesto que siempre podrás aprender de ella los movimientos fundamentales para la correcta absorción del producto. Una vez superada esta primera fase, que puede oscilar entre 15 y 30 días, todo lo que sea tratamiento de continuidad y mantenimiento puedes seguir realizándotelo tú misma en casa. De este modo, notarás cómo desaparece la piel de naranja de un modo rápido, y a su vez, la celulitis también irá disminuyendo; y todo ello, con una piel más firme.
Por otro lado, también existen los masajes como tratamiento para eliminar las células muertas, los cuales se realizan con productos que provocarán una eficaz exfoliación, y que dejarán tu piel lisa de imperfecciones y te aportarán un tono uniforme en la piel. El masaje es un servicio que relacionamos con un alto nivel económico, pero puedes preguntar en un centro próximo a ti y verás cómo sus precios no son tan elevados. Vale la pena.