Son numerosas las celebrities que se han dado cita en la 69ª edición de la Mostra de Venecia, siendo Winona Ryder una de las que causó mayor expectación por lo poco que se muestra en público en los últimos años. La actriz posó tímidamente con un vestido de encaje negro obra de Dolce & Gabbana que le sentaba particularmente bien y que daba de ella una imagen bastante comedida y discreta.
A punto de cumplir 41 años, Winona Ryder ha acusado negativamente el paso del tiempo, ya que es una edad en la que actualmente las mujeres aún somos jóvenes, y a ella se la ve con una apariencia madura que no le corresponde. Parte de la culpa la puede tener la delgadez, ya que su rostro aparece bastante huesudo y eso nunca favorece. Además, esta chica es una de esas personas que cobra mayor atractivo cuando lleva el pelito corto, la que siempre fue su imagen habitual.
En la Mostra se borró aquella imagen con la llegada de esta ya mujer, que si bien es cierto que iba muy elegante, en mi opinión le faltaba algo de chispa. Su estilismo actual se aleja bastante de aquella joven pizpireta que enamoró a la cámara en la década de los 90. Winona acudió a esta gala con una coleta informal, retirando todo el cabello hacia atrás sin raya y ligeramente ahuecado. En la parte posterior, lo prendió bajo la coronilla, dejando que su melena de rizos deshechos cayera sobre la espalda.
El maquillaje de Winona en esta ocasión también desvela un cambio con respecto a sus apariciones anteriores, algo que se nota especialmente en sus ojos, que lucían juegos de sombras grises metalizadas con toques marrones difuminados. En los labios, una barra coral intenso con un bonito acabado hidratante; completa su look con un colorete tierra que creo que no acertaron a aplicarle bien, porque hacía destacar aún más sus rasgos huesudos.