Por lo general, cuando hablamos de conseguir unas piernas 10, hacemos hincapié en la celulitis. Muchas mujeres sufren esta acumulación de grasa en esta parte de su cuerpo y, dependiendo del tipo que sea, ni siquiera está relacionada con el peso. Por ejemplo, la celulitis dura se instala por igual en personas con sobrepeso que en delgadas, así como la edematosa guarda una estrecha relación con la mala circulación y la retención de líquidos.
Otro problema que también aparece en las piernas es la flacidez, aunque parece no ser tan evidente o no preocupar tanto en las primeras décadas de nuestra vida. Lo que ocurre es que esto deriva en arrugas que a su vez van formando antiestéticos pliegues, especialmente en la zona de las rodillas. Aquí nos encontramos con síntoma evidente del paso del tiempo que es bastante difícil de corregir y, mucho menos, eliminar.
Cuando hablamos de hidratación corporal, muchas veces decimos que “talones y codos son los grandes olvidados”, pues bien, al hablar de tratamientos antiarrugas y rejuvenecedores podemos asegurar que las rodillas nunca reciben los cuidados necesarios. Esto es porque su apariencia envejecida no se hace evidente hasta rondar los 50 años, lo malo es que aparentan ser las rodillas de una mujer de más de 70… Por este motivo es importante que apliques en esta zona alguna crema corporal tensora, y que lo hagas por lo menos 2 veces al día. De este modo ayudarás a prevenir arrugas prematuras en esta zona.
Si en tu caso ya no hay marcha atrás y quieres rejuvenecer las rodillas, existen tratamientos médico-estéticos que te ayudarán a conseguirlo. Por lo general, éstos consisten en alternar inyecciones intradérmicas de silicio, aminoácidos esenciales y ácido hialurónico, además de algunas sesiones de radiofrecuencia. Un tratamiento que siempre deberás realizar en centros especializados que te ofrezcan todas las garantías de seguridad.