Se acerca el verano y con él la exposición continuada a los rayos solares. Unos meses en los que es imprescindible protegerse de estas radiaciones que tanto daño pueden hacer a tu piel. De hecho, los dermatólogos avisan alarmados del gran aumento de cáncer de piel que se está dando en las últimas décadas. Todo es consecuencia de que el daño tarda años en manifestarse y eso nos lleva a tomar el sol pensando que “a mí no me va a pasar”.
El otro día hablábamos de la tanorexia, una peligrosa adición al sol y a estar morena los doce meses del año. Pero no creas que los riesgos se están dando solamente en este grupo de personas. Protegerse del sol es algo que debemos hacer todos, incluso aunque no vayamos a la playa. Por eso hoy veremos unos consejos para asegurar la protección solar, dado que hay gente que cree que está protegida y no lo está haciendo bien del todo.
En primer lugar, es imprescindible renovar los protectores solares cada temporada. Independientemente de que no hayan caducado, tienen un tiempo limitado de efectividad después de su apertura. Este dato tiene que aparecer en el reverso del frasco. Otra cosa importante es que elijas factores de protección alta para las primeras exposiciones y que éstas sean por un espacio limitado de 2 horas y nunca en el horario central del día. Una vez hayas curtido un poco la piel ya podrás pasar a la protección media, que viene siendo un FPS 20.
No olvides aplicártela también en el rostro, es la zona más proclive a padecer manchas. Además, el moreno excesivo en la cara no favorece absolutamente nada y envejece un montón. Aprovecha la moda de sombreros y pañuelos, estarás guapa y protegida. Procura hacer algo más que tomar el sol. Da paseos por la orilla, báñate y combina la exposición con algún período a la sombra. También sería conveniente que te acostumbraras a beber agua, hazlo durante toda la jornada y en pequeños sorbos, así evitarás deshidratarte.