El frío puede ser muy nocivo para nuestra piel especialmente durante el invierno, por lo que tanto hombres como mujeres deben protegerla e hidratarla a diario para no permitir que su piel esté seca y resulte antiestética y molesta.
Para preservarla perfecta durante todo el invierno debes seguir unas pautas diarias y, a poder ser, también unos tratamientos semanales o quincenales.
Manos y cara son las partes de nuestro cuerpo más afectadas por el frío. Debes evitar los productos muy perfumados o aquellos con colores fuertes porque sus ingredientes suelen irritar la piel, que está más sensible en estas épocas del año. Evita también los baños muy calientes, aunque también el agua muy fría (lo ideal es el agua tibia).
Tu cutis debe estar siempre limpio, por lo que es importante hacer una limpieza especial que acabe con los productos perjudiciales del maquillaje y de la polución, y debe hacerse necesariamente por la noche, cuando la piel se regenera más. Sin embargo, también es positivo que lo hagas durante el día para eliminar las sustancias que la piel ha expulsado mientras dormías.
También deberás utilizar un tónico de ingredientes naturales o con una proporción baja de alcohol (no más de un 12%) para ayudar a que se desobstruyan los poros y así facilitar la absorción de los principios activos de las cremas.
De una a tres veces por semana, trata de aplicar en la piel de tu cutis un exfoliante, y como mínimo una vez a la semana una mascarilla humectante.
Recuerda que labios y contorno de ojos son las zonas más sensibles, por lo que debes hidratarlas varias veces al día, un gesto que no te costará más de un minuto y que ayudará a tu piel a lucir mejor.
Por otra parte, las manos, debido a su constante actividad, también están muy expuestas a todo tipo de agentes nocivos. Además, unas manos irritadas, secas y ásperas a causa del frío también son totalmente molestas y antiestéticas.
Especialmente te recomendamos hidratarlas con una crema especial para manos un mínimo de dos o tres veces al día; aprovecha cuando a cabes de lavarte las manos, pues la piel limpia siempre es un mejor receptor. Del mismo modo que la cara, debes exfoliarlas, utilizar aceites nutritivos o cremas por las noches y por supuesto protegerlas de los productos irritantes y del frío con guantes.