Mantener en perfecto estado una piel grasa es una tarea realmente complicada, y es que el exceso de sebo puede hacer el mínimo descuido ya la haga lucir demasiado grasa, brillante y con una acumulación de suciedad que acabará por suponer la aparición de granos, espinillas, puntos negros y acné.
Por todo lo anterior, si tu piel es grasa será fundamental que mantengas unos cuidados diarios mínimos y que procures utilizar siempre aquellos productos que puedan embellecerla y disimular al máximo lo que puede convertirse en una auténtica pesadilla.
En este sentido, para que tu piel grasa luzca sana y fresca es fundamental que la cuides a diario: lavar la cara dos o tres veces al día con jabones neutros y espumosos, hidratar la piel diariamente con productos de base acuosa (jamás oleosa) que regulen la cantidad de sebo y exfoliarla con mascarillas naturales o productos cosméticos específicos al menos un par de veces a la semana son hábitos imprescindibles que debes acostumbrarte a llevar a cabo a partir de ahora.
Los tónicos son grandes aliados para realizar limpiezas cutáneas en casa antes de acostarnos, pero para hidratar la cara lo mejor será apostar las cremas con agentes astringentes y purificantes que ayuden a mantener la piel mate y sin brillos durante al menos unas horas. De hecho, también puedes conseguir esto con maquillajes ‘oil free’: escoge bases de maquillaje compactas que no engrasen todavía más el rostro y que ayudarán a cubrirlo resistiendo bastante a la humedad, a la sudoración y por tanto también al exceso de sebo.
Otros hábitos que pueden ayudarte a mejorar este problema de la piel son beber mucha agua, dormir con el cabello recogido, evitar el contacto del rostro con objetos ajenos, con tu cabello y hasta tus propias manos o cambiar las fundas de las almohadas y las toallas un par de veces a la semana, por ejemplo.
Ya sabes… ¡la constancia es la base del éxito!