Entre los cientos de técnicas, estilos y productos para maquillar nuestros labios encontramos una de las versiones más golosas: el gloss, un labial que se ha convertido en uno de los productos más vendidos del mundo de la cosmética.
Se trata de un pintalabios con brillo que dejará un efecto vinilo o metálico en tus labios transformando lo natural en algo muy jugoso.
Existen gloss transparentes (sin color) o con color para que puedas elegir cada día en función de la ocasión y de tu propio ánimo si prefieres un look natural o uno más chic y divertido. Eso sí, cuando vayas a comprarte uno con color debes tener en cuenta que existen principalmente dos variedades: el de acabado ultra-brillante y el de efecto metalizado.
Los primeros son sin duda los más llamativos, pues además de dar color reflejan y proyectan la luz como si nuestros labios se mantuvieran siempre húmedos. Si escoges los tonos pastel conseguirás unos labios dulces y sensuales, mientras que con los más alegres (rosas, naranjas, violetas, etc.) conseguirás dar algo de alegría al rostro y con los oscuros como el rojo, el escarlata o el chocolate conseguiremos unos labios de lo más sexy.
Los de efecto metalizado son similares a los anteriores pero con un toque de oro y cobre superpuestos sobre cualquier color para dar un efecto similar a la purpurina.
Por si fuera poco, ahora también existen brillos de labios que además de dar color contienen fórmulas hidratantes que protegen del sol y aportan un extra de brillo.
Aunque puede utilizarse durante todo el año, este tipo de labial es perfecto para el verano, pues da una chispa de alegría y frescura al estilismo que es imposible lucir igual en las épocas más frías como el invierno.
Lo mejor de todo es que puedes encontrarlos absolutamente de cualquier color que se te ocurra y a unos precios más económicos que las barras de labios tradicionales.