No hay imagen más dulce en una mujer que aquella en que las mejillas se sonrojan, los labios se matifican rosados y la piel adquiere un aspecto de porcelana… En definitiva, ese aspecto que todas tenemos cuando el frío cala en nuestro cuerpo.
Si te encanta el look pero este año el frío se está haciendo de rogar no te preocupes, porque el maquillaje te ayudará a conseguir este favorecedor efecto ‘cold’.
Lo mejor de todo es que por supuesto conseguiremos todas las características positivas de este look renunciando a sus aspectos negativos como pueden ser las ojeras, la piel tirante y por supuesto el hecho de pasar frío de forma real.
La idea del look consistirá, entonces, en acercarse al máximo a un rostro hibernal: maquilla tu rostro con una base ligera de un tono clarito similar al de tu piel (e incluso un poco inferior) y luego disimula las ojeras con un corrector mediante suaves toquecitos sobre la zona afectada del contorno de ojos.
Esparce después de esto una capa de polvos traslúcidos, pues servirán para dar un efecto mate al maquillaje además de ayudar a fijarlo en la piel durante más tiempo.
Es entonces cuando llega el momento clave: la elección y aplicación del rubor. Es importante conocer cómo es tu rubor natural para conseguir un tono lo más realista posible, así que no está de más hacer algunas pruebas de color palmeando el rostro o dando suaves pellizquitos para determinar la intensidad del tono que más se adapta a ti. Sea como sea, escoge polvos que dejen un aspecto aterciopelado en tu piel.
En esta ocasión el modo de aplicación no seguirá ninguna norma en función las formas de tu rostro sino que se guiará por el modo en que se ruborizan tus mejillas por el frío de una forma natural, que es por toda la zona de los mofletes y pómulos. La mejor técnica es sonreír, aplicar el blush sobre la zona más pronunciada de la mejilla haciendo círculos con la brocha y difuminando después hacia el exterior.
Para rematar basta con un poco de máscara de pestañas y un poco de glossen los labios… ¡Estarás monísima!