Sevilla tiene un color especial, y hoy más que nunca. Por fin la historia de amor entre la duquesa de Alba y Alfonso Díez ha culminado este mediodía, a la 1 de la tarde, con la que ya se está catalogando como “la boda del siglo”. Como en todo evento importante que se precie, he estado muy atenta a cada uno de los detalles para poder darte toda la información.
Completamente fiel a su estilo, Cayetana de Alba lució su clásica melenita redonda, sólo que con rizado mucho más cerradito y definido de lo habitual, puesto que la ocasión así lo merecía, a la vez que lucía un tono un poco más gris perla, posiblemente logrado con una ampolla o espuma de moldear, muy útil para ocultar el amarillo que la cana toma cuando pasa el tiempo.
Mujer de costumbres arraigadas, Cayetana se encargó personalmente de su arreglo, por lo que Pepi, su estilista personal, sólo tuvo que darle algún pequeño retoque, como la colocación del pequeño adorno a modo de broche que lucía en su cabeza.
Del mismo modo, la duquesa lucía un maquillaje muy natural, donde se podía apreciar un tono muy suave, posiblemente logrado con una crema con color en tono rosé. Estas mismas tonalidades son las que empleó, en su gama más clara, para maquillar suavemente sus párpados, así como también el rosa un poco más fuerte daba color a su sincera sonrisa.
El estilismo elegido por Cayetana de Alba casaba perfectamente con el vestido de estilo romántico diseñado por sus amigos Victorio & Lucchino, realizado en gasa de seda natural en color rosa coquillage y encaje Balencie del mismo tono. Un modelo con cuello barco, mangas abullonadas a mitad del brazo y un encaje entolado en la cadera y la parte baja de la falda, a modo de volantes. Como nota de color, la cintura la llevaba ajustada con un original lazo de terciopelo de seda en verde lima.