Tras el fin del verano, la piel pierde el bronceado y ese color dorado tan bonito y favorecedor. Y, ahora que pronto llega la Navidad y las celebraciones de Fin de Año o bien para noches especiales, no queda más remedio que recurrir al iluminador corporal para resaltar las partes del cuerpo que el vestido deja entrever. Pero, ¿Cómo se usa? ¿Dónde hay que aplicarlo? ¿Qué tono es el más adecuado?
Color
La primera decisión importante que hay que tomar en relación al iluminador corporal es el tono que se va a aplicar. Todo dependerá del color de la piel que se tenga.
De esta manera, las personas que tienen una piel clara es mejor que opten por aquellas tonalidades que son blancas o rosadas. Por el contrario, las pieles morenas se verán más iluminadas y bonitas si se emplean tonos dorados.
No obstante, el iluminador corporal también está disponible en otros tonos como el blanco o el semitransparente, que son ideales cuando lo que se busca es ese efecto buena cara, pero sin maquillarse.
Zonas de aplicación
El iluminador corporal puede aplicarse en varias zonas del cuerpo. Normalmente, se pone en aquellas zonas que quedan al descubierto y que se quieren resaltar. Entre ellas, por ejemplo, está la zona del hueso de las clavículas, así como de los hombros.
Igualmente, es conveniente aplicarlo en la punta de las orejas y en la parte superior del pecho con el fin de crear todo un juego de volúmenes. Si las piernas se dejan al descubierto con el traje o vestido, también debe ponerse el iluminador corporal.
Cómo se aplica
El iluminador corporal se aplica con las brochas kabuki o con las que se extienden los polvos de sol. También es posible hacerlo con las esponjas de maquillaje e, incluso, con los dedos, aunque el resultado no es igual porque se controla menos la cantidad en cada aplicación, que debe ser siempre moderada.
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