Una mascarilla facial puede aportar muchos beneficios a tu piel, dependiendo de qué quieras conseguir con ella: mayor hidratación, una limpieza profunda de los poros, evitar la aparición de acné, etc. Usos tiene muchos pero, ¿te la estás aplicando bien? Hoy vamos a ver algunos consejos para que te pongas correctamente la mascarilla y conseguir así el resultado deseado. Porque el efecto no será el mismo si la aplicas bien o si la aplicas mal…
Exfoliación previa
Para que el efecto de la mascarilla sea el adecuado y sus propiedades penetren bien en tu piel se recomienda hacer una exfoliación facial antes de aplicarla. Así te desharás de las impurezas y células muertas y tus poros estarán limpios y listos para absorber los nutrientes de tu mascarilla. También puedes ayudarte de un baño de vapor para que se dilaten y estén más receptivos.
No te la pongas con la mano
Evita aplicar la mascarilla con tus manos ya que puedes llevar a tu piel alguna bacteria o impureza extra. Hazlo con una brocha suave que te permita extender el producto cómodamente. Hazlo con movimientos de abajo a arriba y cubre todo el rostro, sin olvidarte del escote y del cuello.
Mascarilla casera
Si vas a ponerte una mascarilla casera hazla el mismo día en la que te la quieras aplicar, para que los ingredientes estén más frescos y conserven todas sus propiedades.
Tiempo de aplicación
Dependerá de cada tipo de mascarilla, si es casera puedes dejarla durante unos 15 minutos, aunque puedes leer en las instrucciones de elaboración cuál es el tiempo de reposo. Si es un producto de cosmética comprado sigue las indicaciones del fabricante.
Quitar la mascarilla
Para quitarte la mascarilla, lávate la cara con agua tibia y deshazte de los restos con suavidad. Seca con una toalla suave, con ligeros golpes, sin frotar, y aplica tu crema hidratante habitual.
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