Seguro que al cabo del día te aplicas varias cremas hidratantes, al menos, por la mañana y al acostarte. Lo que quizá no sepas es que puedes hacerlo con un reconfortante masaje facial que, además de ayudarnos a relajar nuestro rostro conseguirá que el efecto del producto sea mayor. Quizá a primera hora del día no tengas mucho tiempo ni ganas, pero por la noche ya no hay excusa…
Cuánta crema utilizar
Aunque pienses que te has pasado, coge bastante crema para que puedas completar con éxito el masaje. Esta se irá absorbiendo pero si utilizas poca y se absorbe antes de terminar el masaje no podrás hacer los movimientos necesarios.
Cómo hacer el masaje facial
Aplica la crema en cinco puntos del rostro: en la frente, los pómulos el mentón y el cuello. Extiende con movimientos ascendentes, haciendo pequeños círculos, del centro hacia afuera. Hazlo con los dedos índice y corazón. Empieza por la frente y si quieres centrarte en las arrugas dibuja dos líneas desde el centro de la frente hasta las sienes.
Después, sigue con esos movimientos circulares desde las aletas de la nariz al lateral, en sentido ascendente hacia la parte de arriba de las orejas. También con movimientos circulares trabaja el mentón, siguiendo la línea de tu rostro. Para terminar, haz el movimiento de planchado desde el mentón al escoge para trabajar el cuello, y el mismo movimiento hacia las orejas para la papada.
Para las patas de gallo, masajea empezando con los dedos desde el principio de las cejas, pasando por encima de ellas y siguiendo en círculo por la zona de las patas de gallo, la ojera y el tabique nasal.
Beneficios del masaje facial
El masaje facial ayuda a que la crema penetre mejor, contribuye a mejorar la firmeza y estimula la circulación del rostro, por lo que la piel se unifica y luce más tonificada.