La máscara de pestañas es la varita mágica de nuestro maquillaje: Un solo toque y te conviertes en una chica distinta.
Porque, siendo realistas, el rimmel es uno de esos grandes aliados para cambiar en cuestión de segundos de una mala cara a un aspecto más vivo y llamativo o de un maquillaje mediocre a uno deslumbrante.
Pero no basta con aplicar el producto sobre tus pestañas, pues es importantísimo también saber cómo debemos utilizarlo. Ten en cuenta estos consejos la próxima vez que lo hagas, ¡notarás la diferencia!
– No metas y saques el cepillo del envase continuadamente antes de aplicarlo, pues no solamente no saldrá más cantidad ni funcionará mejor sino que además conseguirás que el producto se seque antes de tiempo.
– Coloca el cepillo en la raíz de las pestañas superiores y llévalo hasta las puntas realizando movimientos ascendentes y, si se te da bien, también con suaves gestos en zigzag.
– Para darles un protagonismo aún mayor y que ganen en longitud aplica una segunda capa de producto sobre la punta de las pestañas. Eso sí, deberás esperar a que la primera capa esté seca.
– Las pestañas del exterior del ojo son las que más debemos remarcar si queremos crear un efecto de ojos más rasgados que hagan más llamativa y sensual nuestra mirada.
– Si eres de las que también lo utiliza en las pestañas inferiores, evita hacerlo como antes de la raíz a las puntas y céntrate solamente en la parte más cercana al ojo para marcar mejor la línea del párpado. Si tienes unas ojeras muy pronunciadas no es recomendable utilizar rimmel en esta zona.
– Conseguir unas pestañas de infarto es posible sin el uso de los postizos, y es que el rizador sigue siendo un producto estrella para utilizar junto con nuestro rimmel, siempre antes de su aplicación y no después (se romperían las pestañas).
Por último, no olvides que la elección de la máscara de pestañas es muy importante a la hora de conseguir los efectos esperados.