Tanto en su modo de aplicación como durante el proceso de compra, puede ser habitual que se comentan errores con las cremas hidratantes. Falsas creencias e incorrectos usos pueden hacer que, en lugar de servirnos de ayuda para mejorar nuestro aspecto, incluso logremos el efecto contrario y sean perjudiciales para nuestra piel. Vamos a repasar algunos de estos errores más frecuentes sobre las cremas hidratantes.
Correcta aplicación
Es más adecuado aplicar la crema hidrante cuando nuestra piel está un poquito húmeda, que no mojada, es decir, inmediatamente después de haberla limpiado adecuadamente, no cuando está totalmente seca. Además, en ocasiones se tiene la creencia de que si hay granos en la cara es mejor no darse crema hidratante, sin embargo, la piel con tendencia al acné retiene menos agua que las pieles normales, por lo que será conveniente darle esa hidratación que le falta a través de una crema hidratante. Eso sí, deberá ser la adecuada según indicaciones médicas cuando se trata de rostros con problemas de acné, no valdrá cualquiera.
Una crema para cada piel
Es muy importante que cada tipo de piel use una crema específica para sus características. En ocasiones caemos en el error de incluso desconocer qué tipo de piel tenemos, por eso es necesario saberlo, acudir a algún profesional que te asesore y así utilizar la hidratante más apropiada para cada caso concreto. También es bueno diferenciar entre cremas para el día y cremas para la noche, no tienen los mismos efectos y no se deben usar indistintamente. Otro error habitual es comprar cremas sin protección solar, algo fundamental para cuidar el aspecto y la salud de nuestra piel. Asimismo, se deben leer los componentes que tiene la crema para comprobar que no somos alérgicos a ninguno (en caso de que tengas una alergia conocida, ya que puede incluirlo y tú ni pensar que sea así) y consultar la fecha de caducidad, para dejar de utilizarla en el momento que haya cumplido.
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