No siempre es fácil innovar cuando al maquillaje de nuestra mirada nos referimos, y es que la mayoría de nosotras acostumbramos a utilizar casi a diario la misma paleta de sombras para maquillar nuestros ojos.
No obstante, ahora que llega la primavera debemos dejarnos contagiar un poco por esa alegría y naturalidad se respira en estos días y atrevernos con maquillajes más llamativos como los tonos verdosos.
Si quieres dar el paso no te preocupes, que aquí te echamos una mano para que no cometas errores en la elección de los tonos ni en las técnicas.
Para empezar debes tener en cuenta que el color de tu piel es determinante para la elección de los colores que mejor te sentarán, y es que como es lógico cuanto más oscura sea tu tez más te favorecerán los tonos más intensos y potentes. De este modo, si tu piel es oscura decántate por los tonos esmeralda, pero si es más bien clarita opta por los tonos más suaves y claros dando el toque de intensidad con una sombra un poco más subida de tono.
A propósito de las sombras, actualmente las de acabados perlados o metalizados están a la última, y es que consiguen dar más brillo, color e intensidad a tu mirada.
Para maquillar tus ojos con estos tonos deberás hacerte con tres sombras de distintas intensidades, una clarita (pastel o cercana al blanco), una de tono intermedio y una más oscura para dar la mayor nota de color.
Aplica la sombra más clara sobre todo el párpado para crear una base sobre el ojo y luego utiliza la de tono intermedio en el párpado móvil, especialmente en el centro del globo del ojo. Aunque con esto podría bastar, una sombra verde más oscura como las metalizadas sobre el lagrimal y en los extremos de los ojos (hacia las sienes) dará un aspecto más seductor a tu mirada.
El maquillaje en estos tonos suele utilizar también los perfiladores en verdes muy oscuros para trazar especialmente la línea en la zona de las pestañas inferiores.
Acaba con una buena máscara de pestañas negra aplicada en doble capa, ¡conseguirás una mirada irresistible!