El blush es fundamental en todo maquillaje. Es un cosmético clave porque con un pequeño toque cambia el rostro y, en ocasiones, sin necesidad de utilizar base de maquillaje. Y, dentro de los diferentes tonos que hay, hoy nos vamos a centrar en el color rosa porque es una de las tonalidades que más favorece, pero también que hace más joven. Y es que hace muy fácil poder dar solo un toque de rubor para darle al rostro un aspecto saludable. Pero, cuidado, porque dentro del rosa hay varias tonalidades y hay que elegir bien. Aquí te damos las claves y algunos trucos de uso.
Colores
El color de la piel marca el color de blush rosa que se debe utilizar. De esta manera, si la piel es clara, es mejor optar por un tono rosado claro, que combinan a la perfección con un brillo de labios y unas sombras en tono salmón. Verás como pareces mucho más joven.
En el caso de tener un tono de piel medio, la clave está en elegir un blush rosa melocotón, teniendo que completar el maquillaje con labios de color nude y con sombras marrones.
Por el contrario, si se tiene una piel dorada, la mejor elección es un rosa dorado, que hace una perfecta unión con las sombras de tono cobre. Y, finalmente, las mujeres de piel oscura pueden utilizar blush rosas de tonos más fuertes como el cereza. Una gama que también debe emplearse en los labios.
Manual de uso
Además de la elección del tono correcto, el colorete o blush rosa también tiene unos trucos de aplicación para conseguir ese efecto más juvenil. De esta manera, lo mejor es aplicarlo en el centro de la mejilla e ir extendiéndolo hacia la sien.
Siempre hay que evitar ponerlo en la parte baja de las mejillas porque, si lo haces, conseguirás el efecto contrario. Es decir, parecerá que la piel no está firme y que se descuelga, lo que hace que se tenga un aspecto de persona más mayor.
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