Parecer más joven es el deseo de muchas personas. Y, aunque hoy en día hay tratamientos efectivos para conseguir minimizar las líneas de expresión y las arrugas, también existen una serie de trucos a la hora de maquillarse que permiten restar años sin tener que pasar por el quirófano. No obstante, es fundamental siempre mantener un buen cuidado de la piel porque eso es esencial para prevenir y minimizar las arrugas. Y, ¿qué trucos pueden aplicarse? En esta ocasión, nos vamos a centrar en la base de maquillaje.
Bases
La clave número uno para parecer más joven es no utilizar demasiada cantidad de producto. Si se usa mucho maquillaje solo se consigue sumar más años y parecer más mayor de lo que realmente se es porque la piel parece mucho más apagada y envejecida.
El color también es importante porque debe ser lo más parecido al propio de la piel. Y tampoco hay que olvidarse de elegir bien la textura. Para parecer más joven, siempre es mejor optar por una base líquida que sea muy ligera.
La forma de aplicación de la base es otra de las claves. Lo mejor es extenderla desde el centro del rostro hacia el exterior, siendo conveniente emplear una esponja humedecida, de las que tienen forma de huevo, para extender bien todo el producto y que no se acumulen restos en ninguna parte del rostro.
Contouring
Cuando además de arrugas hay pérdida de firmeza, existen técnicas de maquillaje para aplicar la base que permiten minimizar este efecto. Es lo que se conoce como contouring.
Para ello, el secreto está en extender una base de maquillaje de un color natural por todo el rostro y aplicar unos pequeños toques de otro maquillaje en un tono más oscuro, o bien polvos de sol, en los laterales de la nariz y en la base de la mandíbula.
Arrugas
Cuando las arrugas son muy visibles, además de poner en práctica estos trucos de maquillaje, aún se puede utilizar un truco más. Se trata del corrector, que es un producto muy útil para disimular las arrugas.
Para usarlo correctamente, solo tienes que extender una pequeña cantidad con la ayuda de un pincel, terminando de difuminar bien el producto con la yema del dedo.
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