Durante la primavera y el verano, época en la que enseñamos más nuestros cuerpos, los tatuajes de henna se vuelven muy populares entre las chicas. Este tipo de tatuaje no es nada nocivo para la piel al ser un tinte natural y, además, queda realmente bonito. Estos tatuajes son bastante sencillos de realizar, a comparación con los reales. Lo mejor es que no son permanentes. Además de servirte para lucir durante un tiempo un bonito diseño en tu piel, es una buena opción para comprobar si realmente quieres llevar un tatuaje para toda la vida.
Los tatuajes de henna se realizan con una tinta especial, que proviene del polvo de la planta del mismo nombre, de grandes hojas y flores blancas, pequeñas y olorosas. Éstas, se recogen y se secan para luego triturarlas y así, conseguir el polvo que, mezclado con otras sustancias, creará la tinta.
Este tipo de tatuajes tiene muchas ventajas. En primer lugar, no son necesarias las agujas, algo ideal para las personas a las que les dan miedo. Al no penetrar en la piel, no son tatuajes permanentes, por lo que no hay ningún problema si te cansas del diseño. El inconveniente (o ventaja) es que solamente dura entre una o dos semanas, dependiendo del contacto con el agua, del jabón que se utilice, del tipo de piel y del área dónde esté hecho el diseño.
Con la henna tienes la posibilidad de hacerte una gran cantidad de diseños y en cualquier parte del cuerpo. Además, puedes hacerlos tu misma, ya que venden este tipo de tinta junto a sellos que ya llevan impreso el dibujo. Por otro lado, puedes comprar los ingredientes e intentar hacerte los diseños que quieras o pedírselo a alguna amiga.