Un año más, la Navidad está a punto de llegar, y como ocurre cada año, empezaremos a decir frases del tipo “cómo pasa el tiempo”, y otras similares, cuando nos veamos con el agua al cuello. Estas prisas nos entran en los días clave, especialmente cuando nos quedan regalos que comprar, o también elegir la ropa que luciremos los días más especiales; pero también nos sentiremos mal cuando queramos arreglarnos y notemos que nuestra piel no está en su mejor momento.
Dentro del mundo de la estética, hay cosas que, inevitablemente, tenemos que dejar para el último momento, como el maquillaje y la peluquería, especialmente si es un recogido; pero hay otras que podemos ir preparando con anterioridad para que esos días no tengamos que andar tan aceleradas, y de ellas hablaremos hoy.
Para conseguir un maquillaje ideal, hay que partir de la base de un buen estado de la piel, esto es, que se presente lo más uniforme posible, tanto en su color como en su tacto. Para lograrlo, es imprescindible que los días previos te realices una correcta exfoliación, para eliminar las células muertas que producen sensaciones rugosas, y para lograr también un tono más homogéneo.
Esta exfoliación deberás realizártela también en el cuerpo, si se da el caso de que lucirás un vestido que deje ver escote, espalda, y/o brazos. Del mismo modo, y a pesar de que los tonos nude están de moda en nuestro rostro, nunca está de más coger un poco de color corporal para estas fechas, algo que conseguirás con unas sesiones de rayos UVA o con cualquier formato de autobronceador. Eso sí, se trata de matar el blanco nuclear, no de aparentar que vienes del Caribe.
En cuanto al cabello, si necesitas tratamientos rehidratantes, procura hacértelos también unos 10 ó 15 días antes, puesto que el pelo siempre queda un poco más lamido; así como cualquier técnico de color también te aguantará aunque lo realices una semana antes, aún más, siempre queda más bonito después de un par de lavados.