Toda la vida nos han dicho aquello de ‘prevenir es mejor que curar’ y muchas de nosotras, sin embargo, no hemos sido demasiado cuidadosas con nuestra piel durante muchos años.
Ahora, con el paso del tiempo comienzan a aparecer en nuestro rostro esas antiestéticas arruguitas a las que conocemos como ‘patas de gallo’, y nos volvemos locas intentando evitarlas o, como mínimo, retrasar su aparición.