En más de una ocasión habrás oído decir que las manos dicen de nosotros mucho más de lo que creemos. Numerosos gestos al cabo del día las exponen continuamente ante los demás, y por ello muchas mujeres sienten la necesidad de lucir siempre una manicura perfecta. Este término no tiene por qué significar que tus uñas parezcan recién salidas del salón de belleza, sino que su apariencia sea lo más arregladita posible.
Esto es algo que podemos conseguir todas sin necesidad de ser unas expertas, y para ello es necesario darle a las manos unos cuidados básicos y sencillos. En primer lugar, la hidratación es básica. Usa jabones que no resequen (preferiblemente de glicerina) y ponte crema hidratante todos los días. La crema es tan buena para la piel como para las uñas y da un aspecto sedoso y cuidado.
Otro factor importante es que las cutículas y durezas del contorno de la uñas desaparezcan pero, atención a esto, sin dejar rastro. De nada vale que te las quites y en su lugar queden pellejitos o las muescas de haber cortado con el alicate. Para evitarlo, te recomiendo que uses un exfoliante de cutículas, para mí es un imprescindible en mi neceser de manicura. Este producto es un gel que contiene polvos naturales de fruta que ablandan y eliminan suavemente las cutículas, además contiene extracto de fresa, que es rico en vitaminas, es astringente y calmante.
Su uso es muy sencillo, lo aplicas alrededor de toda la uña limpia y procedes a realizarte un suave masaje. Las semillitas de la fresa irán exfoliando las durezas laterales a modo de delicado peeling. Enseguida notarás que la superficie de la piel se va igualando sin dejar los antiestéticos pellizquitos que sí deja el alicate. Por último, enjuágate bien las manos y ya las tienes preparadas para pintarlas como de costumbre, aunque una capita de brillo natural o porcelana será suficiente para lucir una manicura perfecta.