La mayoría de nosotras estamos deseando que llegue el calorcito para poder ir a la playa y conseguir ese favorecedor bronceado, para pasar divertidas mañanas de juegos sobre la arena o para sentir la frescura del mar sobre el cuerpo.
Sin embargo, la playa es de esos pocos lugares en los que estamos casi obligadas a dejar de lado la estética, y es que al salir del agua cualquier esfuerzo por maquillarnos o arreglarnos el pelo habrá sido en vano y volveremos a nuestro estado más natural.