Los correctores son un producto que no puede faltar en el neceser para corregir imperfecciones. En alguna ocasión, ya hemos hablado de cómo se utilizan y de cómo se debe elegir el color en función de lo que se quiera camuflar. Son dos aspectos que son claves para hacer un buen uso y conseguir el resultado esperado. Sin embargo, a veces, se siguen cometiendo errores por desconocimiento o bien porque se quieren hacer pruebas. No es conveniente. Son gestos que pueden arruinar todo el maquillaje. Estos cuatro son los que nunca debes hacer.
Arrugas
El corrector permite corregir y camuflar imperfecciones de la piel, pero nunca debe utilizarse para disimular las arrugas. Esta no es su función. Siempre debe emplearse para tapar las rojeces, machas, granitos…
Sí es cierto que muchos maquilladores profesionales lo emplean para disimular las arrugas. Y, evidentemente, puede hacerse. Pero esto está reservado solo a las manos expertas. No obstante, si quieres ir probando para perfeccionar la técnica, debes saber que para tapar las líneas de marioneta o surco nasogeniano se emplea el corrector más claro en los pliegues.
Antibolsas
Utilizar el corrector para camuflar bolsas es otro error grave. Este producto nunca va a cubrir el volumen de, por ejemplo, las bolsas bajo las ojeras. Tampoco tapa un grano con mucho relieve, en cuyo caso podrá disimular el color rojo.
Color
No hay que cometer el error de utilizar un corrector muy claro para cubrir una ojera muy oscura. Es una equivocación frecuente porque se tiende a pensar que el color claro la camuflará más y mejor. Pero solo se consigue un mal efecto, corriendo el riesgo de parecer un oso panda.
Maquillaje
Y, cuando se haya acabado el corrector, tampoco tienes que recurrir a otros productos sustitutorios que tengas en el neceser. No conseguirás un buen efecto. Lo mejor es tener cuidado con los colores del maquillaje. En este caso, no te maquilles con sombras del mismo color que las ojeras como los violetas o marrones porque todavía las resaltará más.
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