Una hermosa piel bronceada es uno de los grandes objetivos de cualquier persona durante el verano, y es que es precisamente gracias a esto que la mayoría también nos encontramos más favorecidos durante estos meses.
No obstante, querer broncearse a toda costa puede traer consecuencias perjudiciales para la piel tanto a corto como a largo plazo. Para que lo hagas de la forma más correcta, a continuación te dejamos una pequeña guía con los consejos más habituales de la mano de los expertos.
1. Exposición progresiva: Es un completo error abusar del sol desde el primer día, y es que lo más recomendable es hacerlo durante apenas cinco minutos los primeros días e ir aumentando la exposición sin superar las dos horas hasta pasados diez días. Recuerda no tomar el sol en las horas más intensas (entre las 12 y las 16h).
2. Piel a punto: Antes de exponerte debes estar segura de que tu piel está hidratada y libre de pieles muertas (un peeling no iría mal), pues de este modo conseguirás un bronceado más uniforme y duradero.
3. Depilación: El sol, los productos solares (especialmente bronceadores) o la sal de la playa pueden irritar nuestra piel quemándola e incluso provocando manchas sobre ella. Precisamente por eso, lo mejor es depilarse con un par de días de antelación.
4. Siempre protegida: Los protectores deben utilizarse más allá de la playa o la piscina, y es que como es lógico el sol te da igualmente. Utiliza cremas y maquillajes con un mínimo de FPS 15 cada vez que salgas a la calle.
5. Correcta aplicación: Es importante aplicar el protector media hora antes de la exposición e ir renovándolo aproximadamente cada dos horas (según tu tipo de piel) y cuando salgas de agua. Recuerda también que los días nublados a veces son los más peligrosos.
6. Cuidado con las cicatrices: Las marcas pueden agravarse más con el sol y la humedad, por lo que utiliza sobre estas zonas protección solar muy alta o láminas de silicona y sécalas bien después de mojarlas.