¿Sabías que la piel de las axilas es diferente a la del resto del cuerpo? Esto es debido a que tiene mayor cantidad de glándulas sudoríparas y de folículos pilosos, lo que provoca que esta zona esté constantemente húmeda. Si esta humedad no se controla, pueden aparecer otro tipo de problemas, como la inflamación, las infecciones o las pequeñas heridas.
Además, a las mujeres se nos añade otra complicación: debemos soportar el rasurado o depilado constante, agravando su delicado estado. Otras de las afecciones más comunes de la piel de las axilas son la aparición de vellos encarnados a causa de las diferentes técnicas de depilación y las manchas oscuras producto de la exposición solar. Por todo ello, se debe elegir el método que lesione la axila lo menos posible y seguir una serie de cuidados que te contamos a continuación.
Mantener las axilas secas
Si quieres tener unas axilas perfectas, deberás lavar diariamente tus axilas, pero sin depilarlas, ya que se pueden irritar. También es importante mantenerlas secas, para lo que es necesario utilizar antitranspirantes adecuados, que contengan ingredientes que no agredan la piel, pero que sean efectivos.
Cuidado con la ropa
Por otro lado, te recomendamos que evites ropa sintética y ajustada, ya que favorece la acumulación de humedad y agrava la inflamación e irritación. Y si ya tienes este problema, hidrata tu piel con una crema que contenga hidroquinona y cambia tu cuchilla una vez a la semana.
Axilas manchadas
Si la piel de tus axilas está manchada, puedes utilizar cremas blanqueadoras para atenuar la pigmentación, pero es aconsejable consultar previamente con el dermatólogo para evitar cualquier tipo de daño. Lo que sí puedes hacer es realizar una exfoliación con una esponja vegetal para que las células muertas se desprendan con mayor facilidad, incentivando el proceso de renovación celular.