Prevenir malos olores en las axilas


Estar guapas y sentirnos bien es algo que tiene que venir desde dentro, y para ello, debemos seguir todos los pasos que tenemos a nuestro alcance para conseguirlo, y poder proyectar a los demás lo seguras que estamos de nosotras mismas. No sé si te ha pasado alguna vez, pero es posible que te acerques a una chica y que pienses “Qué pena, con lo mona que va, y qué mal huele”.

Es muy duro decirlo así, pero es una verdad como un templo. Nunca me cansaré de repetir que el pilar de todo truco de belleza siempre comienza con una buena rutina diaria de higiene. Es importantísimo ducharse todos los días y hacerlo de un modo concienzudo, esto es, parándonos especialmente en zonas propensas a malos olores, como lo son las axilas y los pies.

Del mismo modo, es imprescindible estar perfectamente depilada todo el año, por lo menos en lo que a las axilas se refiere, puesto que el pelo, y concretamente el folículo piloso, es un imán para los malos olores, así como también para producir mayor humedad en la zona, y como consecuencia, unos horribles contornos en la ropa; contornos que, aún no dando olor, causan una pésima imagen.

Busca el desodorante que mejor se adapte a ti, y si tienes un problema importante de sudoración (algo muy corriente), acude al dermatólogo, él te recetará un ungüento que te prepararán en la farmacia y que deberás aplicarte 2 noches seguidas cada semana. A continuación, seguirás con tu desodorante habitual.

Del mismo modo, vigila mucho la ropa. Para empezar, hay tejidos que producen mala reacción olfativa, como la lycra, procura no abusar de ellos. Es importantísimo que laves las prendas superiores después de cada uso, ya que, aunque no haya una mancha visible, el olor siempre queda, no es suficiente con ventilar. Procura aplicar un poco de suavizante en la axila húmeda de cada prenda antes de meterla en la lavadora, puesto que a veces, cuando planchas, notas que el lavado no ha eliminado todos los olores.

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