Los meses más calurosos del verano y muy especialmente los fríos meses del invierno son algunas de las temporadas en las que nuestra piel se encuentra más afectada por los elementos climáticos que generan esa antiestética e incómoda sequedad en la piel.
La aspereza, las grietas, los cortes o esa especie de capa blanquecina son solo algunos de los síntomas y señales que nuestra piel envía para alertarnos de la necesidad de revitalizar nuestra piel… Si quieres saber cómo mantenerla siempre hidratada atiende a los consejos que te dejamos a continuación.
Combatir la sequedad de la piel no tiene ningún otro secreto que mantener algunos buenos hábitos y utilizar los productos correctos:
– Utiliza cremas hidratantes a diario, tanto de día para proteger tu piel frente a los agentes externos como para rehidratar y regenerar tu piel mientras duermes por la noche. No olvides escoger los productos en función de tu tipo de piel.
– Protege tu piel del sol con una crema con factor de protección (mínimo SPF 15) tanto en verano como en invierno, pues los rayos ultravioleta afectan a piel expuesta todo el año y son un factor determinante para resecarla.
– Protege tus manos del frío con unos guantes que te abriguen siempre que te expongas a bajas temperaturas y evita los cambios radicales de temperatura.
– Utiliza guantes de plástico si vas a mantener contacto con productos químicos, también con los productos de limpieza que utilizas habitualmente.
– Lleva siempre en el bolso una pequeña crema hidratante, ya sea de tipo general para utilizar en cualquier parte del cuerpo (tipo Nivea) o bien específica si hay alguna parte de tu cuerpo que lo necesita especialmente. En este sentido las manos son unas de las que más sufren, así que procura aplicar una crema específica dos o tres veces al día.
Recuerda también que una dieta saludable, los buenos hábitos de sueño, el consumo de líquidos, la renuncia al tabaco, al alcohol o al agua demasiado caliente y el uso de algunos remedios caseros pueden ayudarte a mejorar el estado de tu piel.