Mantener hermosa y saludable una piel sensible a menudo resulta mucho más complicado que con el resto, y es que los cuidados y los mimos deben ser continuos para mantener sanas las pieles más delicadas.
Hipersensibilidad, dermatitis atópica, irritaciones causadas por algunos productos… Existen diferentes tipos y grados de sensibilidad en la piel. Sea cual sea tu caso, toma nota de algunos de estos consejos y síguelos para protegerla y mantenerla bella.
– Productos: Es imprescindible que te asegures de que todos los productos son aptos para tu tipo de piel, pues de otro modo podrías provocar incómodas reacciones en la misma. Piensa desde el maquillaje o el jabón hasta las hidratantes o las cremas solares, por ejemplo; hazte con una crema hipoalergénicas específicas que ayudará a reconstituir el manto hidrolipídico y a calmar la irritación.
– Limpieza facial: Debes escoger productos que garanticen el equilibrio natural de la piel, tanto los productos limpiadores como los exfoliantes. A propósito de esto, es recomendable que lleves a cabo una exfoliación semanal o quincenal siempre con mucha suavidad.
– Factores externos: Ten en cuenta que el cambio de climas, los ambientes muy secos y algunos productos o alimentos (tabaco, alcohol, picantes, etc.) pueden afectar a tu dermis secándola y apagándola. Evita siempre todo lo anterior en la medida de lo posible.
– Tratamientos estéticos: Si tienes la piel sensible debes ser especialmente cuidadosa en este aspecto, y es que algunos tratamientos medico-estéticos pueden resultar peligrosos y perjudiciales para la salud de tu piel. Infórmate muy bien de las técnicas más adecuadas para tu caso y no te decidas por ningún tratamiento hasta que no estés completamente convencida de ello.
Recuerda por último que como se suele decir ‘más vale prevenir que curar’: es imprescindible que utilices a diario productos que refuercen la barrera hidrolipídica para conseguir fuerza frente a las agresiones externas.