Hay algo que nunca debería faltar en tu maquillaje si quieres que tu rostro luzca radiante y con buena salud: el colorete. Lo encontrarás en formas diferentes (crema, en polvo, distintas intensidades…), pero la cuestión clave a la hora de decantarse por un blush es qué tonalidad es la adecuada, ya que no todos te favorecerán igual.
Como ya habrás comprobado en tu tienda de cosméticos de confianza, encontrarás coloretes en muchísimas colores pero, ¿has sabido escoger el correcto? A continuación vamos a darte unos consejos para que sí que aciertes la próxima vez. ¿Preparada?
Los tonos rosados son la opción más juvenil. Con ellos conseguirás un aspecto inocente, así que te vendrán genial si quieres suavizar el rostro. Si lo que quieres es un resultado sutil, lo mejor es que escojas el color rojo de manera tenue, aunque podrás optar por uno más intenso si el resto del maquillaje es suave. Este último blush es aconsejable para las pieles oscuras, aunque también podrás conseguir buenos resultados si eres de piel clara. En cambio, el color terracota le dará un aspecto bronceado a tus mejillas y el anaranjado un resultado fresco y vivo.
A las más atrevidas les recomendamos que opten por los colores ciruela, morado y fucsia fuerte, que convertirán sus mejillas en el centro de atención. Eso sí, si te decides por estas tonalidades, olvídate del smoke eyes dramático o de los labios rojo pasión. Lo mejor es que estas zonas de tu rostro pasen desapercibidas cuando van acompañadas de un colorete intenso.
A las chicas con la piel pálida le favorecerán los coloretes rosas o pasteles y los brillos, además de los tonos lila y melocotón. En cambio, las más morenas deberán optar por los tonos terracota, marrón, dorado o granate.