Se acaba de celebrar el 50 aniversario de la muerte de uno de los mayores mitos eróticos de todos los tiempos, Marilyn Monroe. Una mujer que no solo creó su propio estilo, sino que ha conseguido que durante medio siglo haya sido el más imitado por mujeres de todo el mundo, famosas o no. Aunque cierto es que muy pocas lo han sabido hacer con gran acierto.
Personalmente, creo que Scarlett Johansson es la mejor imitadora del estilo Marilyn, tanto si se lo propone como si no. Tiene un toque sensual que le permite transmitir total naturalidad a la hora de lucir el peinado y el maquillaje tan característicos de la Monroe, llegando a recordarla incluso cuando se sale de las escenas más míticas. Por su puesto, más allá de lo innato en Scarlett, hay un gran trabajo de caracterización.
Quizá la clave del éxito radique en que hay gente que intenta imitar a Marilyn de un modo muy exagerado, lo que acaba pareciendo una burda caricatura. No todo es ponerse una peluca rubio platino, cargar los labios de rojo pasión y pintarse un lunar. Hay formas más naturales de conseguir un estilo Marilyn mucho más creíble y acertado. En el caso de Scarlett, el pelo juega un papel importantísimo, ya que se ha logrado un tono dorado con vetas platino, a la vez que tanto el corte y la longitud de su cabello permiten que se la peine de un modo muy similar.
Con respecto al maquillaje, se han tratado muy bien tanto los ojos como los labios. El eyeliner muestra un trazo fino que se alza ligeramente, así como las pestañas se marcan pero sin darles mucho espesor. La barra hay que probarla en los labios, para comprobar que nuestra temperatura corporal no varía el pigmento y consigue un rojo muy fuerte. La textura ha de ser cremosa, para un aspecto hidratado. Muy importante también conseguir un tono de piel claro y subirlo ligeramente con polvos y colorete.