No es lo mismo un maquillaje para una mujer joven que para una en su etapa adulta ni cuando se ha superado la frontera de los 50 años. Cuando se tienen pocos años es posible permitirse “pequeñas licencias” en el maquillaje a las que hay que ir diciendo adiós conforme van pasando las décadas. Y esto es especialmente importante cuando se supera la barrera de los 50 años. Es el momento de tener en cuenta la máxima de que ‘menos es más’ y de utilizar unos trucos de maquillaje para parecer más joven.
Primeras claves
Tras haber preparado la piel y aplicado la base, el siguiente paso es el maquillaje. Y aquí es donde nos vamos a centrar hoy porque a esta edad empieza a ser necesario definir los rasgos que se han ido borrando fruto del paso de los años.
El maquillaje siempre debe ser discreto y elegante, utilizando colores que vayan en sintonía con el tono de piel y de cabello, así como con la ropa de vestir que se luzca.
Los tonos nude son una buena opción porque son rejuvenecedores, mientras que los más oscuros e intensos envejecen y pueden llegar a endurecer demasiado el rostro. Dentro de los nude, la mejor elección son las tonalidades tierra o rosadas, sobre todo, para el blush y el iluminador.
Ojos
En el caso de los ojos, se pueden usar tonos más oscuros, pero solo para marcar la parte superior de la cuenca del ojo, mientras que habrá que utilizar los más claros para el párpado y bajo la ceja.
Con este truco, se logra un efecto visual en el que el ojo parece más grande y profundo a la vez que se corrige su caída natural. No hay que olvidarse de difuminar muy bien las sombras ni de ser generosa con la máscara de pestañas para destacar los ojos.
Labios
Y, en cuanto a los labios, lo más recomendable es elegir un color discreto y suave y un gloss para lucir una boca más jugosa. Cuidado con los rojos y granates porque endurecen mucho los rasgos, aparte de hacer los labios más finos.
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