El retinol o la vitamina A es uno de los ingredientes más empleados en cremas faciales, ya que es un activo que tiene importantes propiedades para combatir los signos del envejecimiento de la piel. De hecho, tiene un gran poder renovador, ya que trata y previene las arrugas, además de ayudar a reducir las manchas con gran eficacia. Son motivos por los que muchos expertos recomiendan su utilización y muchas firmas de cosmética lo incluyen en sus productos. Sin embargo, es un activo con el que hay que tener cuidado en invierno porque puede tener algunas consecuencias no deseadas.
Precauciones
Toda estación del año requiere de unos cosméticos específicos. Y el invierno no es menos. Sin embargo, con independencia de la época del año en la que estemos, las cremas para tratar las arrugas y prevenirlas son esenciales en el neceser durante los 12 meses.
El problema está en todas aquellas que tienen retinol porque, con el frío del invierno, se pueden producir reacciones indeseadas que se manifiestan como irritaciones o bien como rojeces.
Qué hacer
Este problema no se manifiesta en todas las mujeres, pero es más habitual de lo que se cree. Afortunadamente, tiene solución. Y todo pasa por usar adecuadamente la crema con retinol.
Si la aplicación se efectúa durante el día, es mejor elegir una crema que lleve el retinol encapsulado porque así se va liberando de forma progresiva. Otra alternativa es aplicar antes una crema hidratante como paso previo al empleo del producto de cuidado facial con retinol.
Y aún hay más opciones. Otra pasa por utilizar el retinol solo a través de sérums, que se aplican por la noche. Con dos o tres veces a la semana es más que suficiente como tratamiento.
Con su aplicación nocturna, se evitan las irritaciones por el frío y, además, también se tiene la ventaja de que la piel se regenera mucho más por la noche por lo que el retinol será todavía mucho más efectivo.
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