Nervios, estrés, inseguridad, aburrimiento o sencillamente costumbre… Morderse las uñas es uno de los malos hábitos más comunes entre hombres y mujeres, y es que no solamente afecta en un sentido estético a nuestra imagen sino que además puede ser el origen de algunas infecciones que afecten a nuestro organismo.
Si quieres hacer frente a este problema pero no sabes cómo empezar por el buen camino no pierdas más el tiempo, echa un rápido vistazo a estos consejos y comienza desde hoy mismo a ponerlos en práctica.
Lo primero de todo es dar la importancia que se merecen a tus uñas y comenzar a cuidarlas para lucirlas tanto hermosas como saludables. Para conseguirlo nada mejor que coger por costumbre hidratarlas, limarlas para darles una buena forma y hasta utilizar lacas de uñas con o sin color; cuanto más bonitas las veas, menos ganas tendrás de morderlas para no estropearlas.
Consigue algo que distraiga tu atención de las uñas reemplazando así el vicio de morderlas. Esto puede conseguirse tanto masticando algunos alimentos (entre otros palitos de zanahoria, apio o regaliz) y dulces (aunque no son muy recomendables los chicles pueden quitarte el vicio, por ejemplo) como con artículos con los que tus manos se entretengan como una de esas pelotas de goma relajantes, un llavero o un bolígrafo.
Si no es suficiente con esto y sientes que te falta un poco de fuerza de voluntad entonces oblígate a no hacerlo: Existen muchos esmaltes creados precisamente con este fin, productos de sabor amargo que harán que retires la mano de la boca enseguida.
Por último, y aunque esto es algo que puede poner nerviosa a más de una, tampoco estaría de más que pidieses un poco de ayuda a personas de confianza que no solamente te animarán sino que además podrán ayudarte a corregir el mal hábito avisándote cada vez que tú no te des cuenta.
Si ya lo has probado todo puedes recurrir a las uñas de gel o porcelana, ¡esas sí que serán imposibles de morder!