Uno de los principales problemas que muchas mujeres tienen con el cabello es la poca densidad. Normalmente, se produce conforme se van cumpliendo años porque también el pelo envejece y va perdiendo ese “cuerpo”. Es un proceso que se empieza a notar más una vez cumplidos los 40 años porque se produce una bajada de los estrógenos, que va desencadenando en un pelo más fino. A ello se suma también otros problemas como tener ya de por sí el pelo fino, lo que hace que parezca que la pérdida de densidad es todavía mayor. Con estos consejos, podrás poner solución.
Densidad
La mejor manera de conseguir mantener e, incluso, aumentar la densidad capilar es utilizar la nutricosmética. Es decir, se deben tomar comprimidos o cápsulas que incluyen vitaminas y minerales, que son esenciales para mantener y fortalecer la fibra capilar desde dentro y devolverle la densidad.
Es un tratamiento que es efectivo, aunque no es habitual que se consigan resultados inmediatos. La constancia es clave porque, en general, se observa que el cuero cabelludo mejora en el plazo de dos o tres meses.
Pelo fino
En los casos en los que, además, se tiene el pelo muy fino, quedando sin volumen y lacio, se deben utilizar otros productos, que igualmente son efectivos, aunque no tanto si este problema está relacionado con la genética.
La solución puede pasar por productos de volumen, tanto champú como acondicionador, porque las proteínas dan cuerpo al cabello. No obstante, si el pelo es graso, hay que tener en cuenta que el champú debe contener activos reguladores de la grasa como la arcilla o el aceite de árbol de té.
Las mascarillas son útiles, sobre todo, las que permiten dotar de más grosor al cabello y que incorporan componentes como el ácido hialurónico o aminoácidos. Este tratamiento tiene que aplicarse una vez por semana. Los resultados, al igual que en el uso de productos de volumen, es más inmediato.
Artículos relacionados:
– Adiós a la raíz aplastada del cabello
– Clapas y entradas: soluciones (que sí funcionan) para evitar la caída del cabello