Tener manchas en el rostro no es una carga tan pesada como muchas de vosotras sentís, y es que a pesar de que a veces nos gustaría olvidarnos de ellas no es algo con lo que no se pueda vivir. De hecho, con algunos trucos básicos de maquillaje de camuflaje conseguirás disimularlas notablemente.
Para ocultar las manchas en el rostro existen básicamente dos soluciones: Los correctores y las pre-bases de maquillaje. Pero, ¿cómo saber cuál tenemos que utilizar?
Los correctores son ideales para las mujeres que tienen solamente algunas manchas localizadas en el rostro, pues deberán ser disimuladas de forma individual con un pincelito.
En este sentido, el color de la mancha determinará el tipo de corrector a utilizar: Si son oscuras (marrones, por ejemplo), lo mejor es que te hagas con correctores de tonos amarillos y naranjas, pero si tus manchitas son rosadas o rojas lo mejor es que utilices correctores de tonos verdosos. Pide en tu perfumería o centro de estética que te echen una mano antes de adquirir el producto.
Si las manchas se han convertido en las protagonistas de tu rostro, no pierdas tiempo y dinero corrigiéndolas una por una sobre el rostro y utiliza pre-bases de maquillaje, un producto similar a los correctores pero más fluidos y aplicables fácilmente por toda la cara. Con ellas conseguirás dar uniformidad al color del rostro además de conseguir una piel visiblemente más lisa.
Tanto con unos como con los otros, el proceso debe de ser siempre el mismo: Limpia y desmaquilla tu piel, aplica un tónico refrescante y procede a utilizar el corrector o pre-base sobre el rostro de modo que queden bastante disimulados e imperceptibles a la vista (¡que no sea peor el remedio que la enfermedad!).
Ten en cuenta que ambos productos deben ser un par de tonos más claros que tu propia piel y que no pueden tener propiedades iluminadoras, pues remarcarían todavía más la imperfección.
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