Este último año hemos visto como los colores más vivos protagonizaban todos los ámbitos de la moda. Podemos ver escaparates llenos de prendas de ropa, calzado y demás complementos atrayendo un sinfín de miradas por lo llamativo de su colorido, al igual que ocurre en estética con la cantidad de artículos de maquillaje y manicura que inundan muebles con tonalidades antes impensables para rostro y uñas.
El color block ha venido para quedarse, pero esto no significa que otros colores típicos de los meses estivales queden completamente anulados. Podrás pintar tus uñas con tonalidades fuertes, chillonas y súper vibrantes, pero también irás a la última si llevas una manicura en tonos rosas, ya que es una tendencia que vuelve cada verano. El rosa es el color por excelencia que da la bienvenida a la primavera, un color femenino y muy veraniego que jamás pasa de moda.
Uñas cortas, largas, cuadradas o almendradas… todas ellas reciben una nota de alegría cuando se ven pintadas de rosa. Un rosa que podrás utilizar en las tonalidades más altas, como es el caso del fucsia, pero que también queda muy fino y elegante en su versión porcelana. No olvidemos que la manicura francesa apareció en los 90 como una moda puntual y su aceptación le otorgó una presencia ininterrumpida desde entonces. En tu mano está siempre la libertad para elegir a qué moda quieres apuntarte. Si te gustan los rosas, sigue con ellos.
Si quieres una manicura más actual, fresca y juvenil, pero no quieres renunciar a los rosas, puedes pintar cada uña en distintos tonos de esta gama, tal y como indica la técnica en degradé. También puedes pintar solamente la rayita como si fuera la francesa. En cuanto al acabado del barniz, puedes decantarte por los mate o por los brillo (que se llevan más), pero los que no se llevan absolutamente nada son los esmaltes nacarados.