El gótico es un estilo muy particular que siempre ha huido de ofrecer la tradicional imagen delicada de la mujer. Es, en definitiva, un estilo apto sólo para las mujeres más atrevidas y de personalidad fuerte que quieren romper con los moldes.
Te enseñamos las cinco claves para conseguirlo:
1- Aplica una base de maquillaje y unos polvos compactos de algunos tonos más claro que el color natural de tu piel, un tono claro que dé un aspecto más pálido al rostro pero no demasiado cambiante como para crear un efecto máscara. Por ello, debes distribuirlo muy bien por las mandíbulas y también distribuir un poco del polvo compacto sobre el cuello y el pecho.
2- Los ojos son unos de los protagonistas de este maquillaje. Para maquillarlos deberás utilizar sombras muy oscuras (grises, negros, incluso rojos o rosados intensos si quieres un aspecto más auténtico) aplicadas con las técnicas de los smokey eyes, de la que ya os habíamos hablado, o la del Dejarum Black, que consiste en dibujar con el lápiz negro o con una sombra negra toda la zona del párpado móvil hasta el rabito del extremo del ojo dejando totalmente limpia la zona del párpado fijo. Las pestañas inferiores pueden ir también delineadas por dentro para una mirada más intensa.
3- No olvides la máscara de pestañas, que abrirá más tu mirada y la hará más llamativa. Date varias pasadas con el cepillito para realzar la fuerza de tus ojos, que podrían quedar demasiado apagados sólo con las sombras.
4- Los labios son los mayores protagonistas: oscuros, misteriosos, seductores. Para ello también tenemos dos opciones: los labios en tonos similares al cereza, que irán delineados por un lápiz negro (que debe fundirse con el color del pintalabios) o la versión más dura, con los labios en borgoña, morado o negro.
5- El colorete debe ser rosado o carmesí, aunque si prefieres algo más radical también puedes aplicar un tono morado o negro difuminado sobre los maximilares.