La manteca de Karité y sus beneficios


Cada vez son más las marcas que utilizan la manteca de karité en sus fórmulas, pero deberías saber que también la puedes encontrar en su estado natural y utilizarla como hidratante y suavizante de la piel, además de la flexibilidad que notarás con su uso. Contiene vitaminas A, D, E y F, y está compuesta por látex y materiales que impiden que se convierta en jabón. El karité nace de un árbol de la sabana africana, cuyo fruto es similar a la nuez; en su interior se hallan unas almendras blancas y grasas. Tras su manipulación, éstas se convierten en una masa amarillenta, de aspecto y tacto mantecoso: la manteca de karité.

Sus propiedades son reparadoras y sus usos múltiples: rostro, cabello, manos y otras partes de tu cuerpo se verán beneficiadas por su alta hidratación. En el rostro puedes utilizarla como bálsamo labial, también para regenerar la zona de la nariz que tanto se irrita, molesta y enrojece cuando tienes catarro. Su uso en primavera es ideal para las alergias. En el cuerpo se recomienda para pieles muy secas. Si pones un par de nueces en el baño, obtendrás una gran sensación de suavidad. Después de la depilación, va de maravilla para aliviar y relajar la piel.

Para tus manos, no encontrarás mejor crema nutritiva, ya que las hidrata en profundidad y cura las grietas. Para el cabello, es un gran reparador: derrite una nuez con el calor de tus manos (nunca con ningún otro método) y aplícalo por la noche, repartiéndolo bien de puntas a raíces. Envuélvelo en una toalla caliente y deja que actúe un cuarto de hora. Sécate bien el pelo para no manchar la almohada. Por la mañana, lávate el pelo según los consejos que te hemos dado, y notarás como tu cabello luce brillante, hidratado y con aspecto sano, especialmente si era muy seco. Excelente para rizos naturales.

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