Las manos son una de las partes del cuerpo que más sufren debido a que están en contacto constante con el exterior. Además, son las encargadas de realizar un montón de tareas diferentes a lo largo del día. El resultado de todas estas acciones son unas manos resecas, agrietas, enrojecidas e, incluso, doloridas.
Este sufrimiento de las manos se ve aumentado en otoño e invierno, cuando el aire es más seco y frío. Eso sin hablar de toda la cocina, limpieza y elaboración y envasado que supone la llegada de la Navidad. Para que tus manos sigan estando siempre suaves a pesar de todos estos contratiempos, hoy en Maquilladas vamos a darte unos consejos que te vendrán geniales.
Agentes agresivos
Son muchos los agentes que pueden causar unas manos resecas, como por ejemplo el frío, que provoca una disminución de la actividad de las glándulas que segregan la grasa, lípidos y sudor. Además, produce sequedad la falta de humedad, ya sea por vivir en un clima seco o utilizar la calefacción y el aire acondicionado. La contaminación, el uso de algunas sustancias de forma continuada (jabones y detergentes) y el consumo de algunos medicamentos que provocan una mayor deshidratación también pueden hacer que tus manos no estén suaves.
Por otro lado, algunos factores internos, como las alteraciones hormonales, el estrés y la ansiedad, el tabaquismo y la mala alimentación provocan sequedad en la piel.
Crema hidratante
Para evitar que tus manos estén secas deberás aplicar crema en las manos varias veces al día, masajeando hasta que ésta penetre bien en la piel. Además, es recomendable realizar exfoliaciones periódicamente. Si tienes las manos extremadamente secas, también deberías aplicarte crema por la noche para después ponerte unos guantes de algodón para dormir con ellos toda la noche.
Otros consejos útiles
Por otro lado, te recomendamos que evites el contacto con el agua caliente, utilices humidificadores o vaporizadores, uses guantes de algodón para las labores domésticas en seco y guantes de caucho para las labores que necesitan un contacto con el agua o productos nocivos para la piel, evites exponer las manos al sol durante mucho tiempo y no uses secadores de manos con aire caliente.