Aunque todavía hay muchas personas inconscientes que se exponen durante horas al sol sin protección alguna, lo cierto es que ya somos una gran mayoría los que estamos concienciados de los peligros de esta práctica y protegemos nuestra piel tanto como podemos de los perjudiciales rayos ultravioleta.
Y es que para los que todavía no lo saben, prescindir de los protectores adaptados a nuestro tipo de piel o hacer un mal uso de los mismos puede traducirse no solamente en problemas a corto plazo en nuestra piel (quemaduras, irritaciones, etc.) sino también en el posible desarrollo de enfermedades a largo plazo.
¿Estás utilizando bien tu protector solar? Echa un vistazo a los consejos de uso que a continuación te dejamos y, si es necesario, modifica tus hábitos.
– Partes del cuerpo: Es una de las principales cosas que debes tener en cuenta, y es que nuestra piel no es igual de sensible en todas las partes del cuerpo. Debes ser especialmente cuidadosa con el rostro, donde el factor de protección debería ser siempre más elevado que en el resto del cuerpo (especialmente si tu cutis ya tiene manchas).
– Cantidad: A menudo pecamos de utilizar mucha menos cantidad de la recomendada, lo que significa que no estamos protegiendo bien nuestra piel. La cantidad recomendada para un adulto (con bañador, se supone) es de unos 30 ml de producto por aplicación, lo que equivale a un vaso pequeño de chupito.
Teniendo en cuenta esto, un bote de protección no debería durar ni muchísimo menos los tres meses de verano…
– Duración: Debes volver a aplicar la crema protectora cada dos o tres horas, siempre dependiendo del tono de tu piel (las pieles más claras más a menudo) y del estado de tu cuerpo, pues el sudor o el agua pueden eliminar parte del producto.
Si quieres aportar algún otro consejo de uso no lo dudes y coméntanos qué haces tú para proteger tu piel.