Imagino que sabes la importancia que tienen las cremas hidratantes para la salud y la belleza de la piel, concretamente para la del rostro. Éste debe hidratarse puesto que está en contacto con el exterior y está siempre sometido a diferentes agresiones, como el viento, el frío, el sol, la contaminación y el estrés. Todos estos factores hacen que la piel se estropee, se seque y acabe dañándose.
Si usamos una crema hidratante adecuada, podemos compensar las debilidades de la piel y mantener su equilibrio natural, además de protegerla de las agresiones externas que te hemos comentando anteriormente. Si la hidratas, se creará una especie de barrera protectora que ayudará a que mantengas una piel más lisa, limpia y con menos arrugas. Sin embargo, es esencial saber cómo hay que aplicar este tipo de producto. A continuación te vamos a ayudar a hacerlo.
Lo primero de todo, y lo más importante, es que tanto las manos como el rostro deben estar completamente limpios. También deberás tener en cuenta la parte del cuello, ya que su piel es igual de fina y frágil que la de la cara.
Una vez estés completamente limpia, deberás coger la cantidad necesaria (procura no excederte) y aplicarla sobre la palma de la mano removiéndola. Después, aplícala en la cara realizando pequeños movimientos circulares desde el interior del rostro hacia el exterior. Te recomendamos que lo hagas siempre al contrario de las arrugas. De esta manera, conseguirás que la piel absorba mejor la crema y se aprovechen más las múltiples propiedades de ésta.
Es muy importante que tengas en mente que la suavidad y la precisión son características básicas en la aplicación de la crema hidratante para el rostro.