Uno de los problemas con los que nos encontramos siempre las mujeres cuando nos maquillamos, o al menos cuando comenzamos a hacerlo y no tenemos el tema controlado, es acertar con los colores, ya sea de la barra de labios, la sombra, el pintauñas… y el colorete no va a ser menos, de hecho, creo que es uno de los que más problemas nos da. Que si este me deja medio anaranjada, que si parece que voy marrón de solárium, que si este rosa no me convence… un montón de pegas cada vez que no somos capaces de encontrar el que mejor nos sienta.
Elegir el colorete perfecto es más fácil de lo que piensas, tan solo debes saber algunos truquitos que suelen utilizar maquilladores profesionales y verás que a partir de ahora no perderás tanto tiempo cuando vayas a comprarlo ni te desesperarás cada vez que pruebes uno nuevo y veas que no te sirve.
– Lávate la cara y pellízcate la mejilla, a continuación aplícate el colorete elegido en la otra mejilla, si te quedan las dos mejillas del mismo color habrás encontrado el perfecto para ti. Si no te quedan igual tan solo debes fijarte en si necesitas un tono más o uno menos.
– Otra cosa que puedes hacer es comprar exactamente el mismo tono que tienes para labios y ojos.
– Haz algo de ejercicio, ya que cuando llevamos un par de minutos haciendo ejercicio los colores empiezan a subir en las mejillas, así que podrás comprobar tu tono natural de esta manera. Es suficiente con que bajes y subas las escaleras dos o tres minutos, que tampoco es cuestión de que corras la maratón para saber cuál es tu colorete ideal.
Si aún así no consigues dar con tu tono ideal, pásate por una perfumería y que alguna dependienta te aconseje. Suelen estar muy enteradas y a mí me han sacado de algún que otro apuro.