Errores más comunes en la manicura


En alguna ocasión me han dicho que más que detallista, soy un poco quisquillosa, pero yo siempre rebato diciendo que si algo está bien hecho, aún se puede hacer mejor. Y de eso es de lo que me gustaría hablarte hoy, de pequeños detalles en los que hay que fijarse para poder mejorar, día tras día, en aspectos que atañen al cuidado personal, en concreto hablaremos de los errores más comunes en la manicura.

Hoy te traigo un par de fotografías en las que podemos apreciar, a priori, unas manos arregladas y fotografías para mostrar. En la primera imagen, unas flores adornan el trabajo terminado, embelleciendo aún más la foto. Lo que ocurre es que yo no puedo evitar fijarme de igual modo en las cutículas y en las pieles laterales. Por mi experiencia puedo decir que esta manicura ha sido realizada sin ningún producto que ablande la cutícula, y lo peor, se ha utilizado un arrastre metálico y un alicate de boca bastante ancha.


Estos detalles los puedes apreciar si te fijas en que la piel ha sido arrancada a pellizquitos muy cercanos, en donde algunos han cogido, incluso, un poco de carne, y aunque ahora estén limpias, algunas de estas pieles han sangrado. Todo esto se hubiera evitado aplicando en todo el contorno de la uña un producto que ablanda la cutícula, mientras con un suave masaje, te vas realizando un peeling en los laterales. Después de retirarlo con un algodón, pasarás con suavidad un palito de naranjo, de modo que sólo utilices el alicate para alguna piel más difícil, y el corte siempre se hará “casi en el aire”.

En la segunda imagen me sorprende lo mal pintadas que están las uñas. Por un lado, salta a la vista que el esmalte está muy espeso, algo que arreglarás con 2 gotitas de disolvente; además, esa manera de acostar tanto el pincel, lo que provoca es el arrastra de la pintura hacia la punta, dejando la zona central desprovista de su correspondiente segunda capa. Además, se ven pequeñas salpicaduras por fuera de alguna uña, que deben retirarse al momento con un palito de naranjo; aunque si te seca antes de que lo veas, lo podrás limpiar poniendo una pizca de quitaesmalte en un bastoncillo de los oídos.

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