Al hablar de la piel, siempre se habla de arrugas o líneas de expresión, flacidez o falta de firmeza… Sin embargo, no son los únicos problemas que le afectan, al menos, al cutis. Y es que también son importantes las impurezas que vienen causadas por agentes externos como la polución y por no cuidar adecuadamente la piel para hacer frente a sus consecuencias. Son situaciones en las que hay tratamientos como es el caso de la oxigenoterapia.
Qué es la oxigenoterapia
La oxigenoterapia es un tratamiento que se centra en aplicar oxígeno en la piel, principalmente, del rostro, así como del cuello y del escote.
El proceso puede realizarse de diferentes formas porque este tratamiento tiene varias denominaciones en centros de estética. No obstante, en general, consiste en aplicar un suero específico y oxígeno puro al 95% en la piel.
El sistema puede parecer inicialmente complicado o que puede tener más contraindicaciones que beneficios. Sin embargo, no es así. Y es que no es invasivo.
De hecho, la técnica más empleada usa un aerógrafo, de manera que es como si diera el aire en la cara. Sin embargo, no hay que engañarse porque el oxígeno sí entra en la piel.
Los beneficios
Con la oxigenoterapia, se consigue favorecer el paso de las vitaminas y el ácido hialurónico del sérum que se emplea, notándose de este modo los beneficios sobre la piel.
Así, con la oxigenoterapia –normalmente es suficiente con una sesión, aunque se pueden repetir de forma periódica-, se combate la menor aportación de oxígeno al tejido de la piel como consecuencia de la polución.
Y es que la polución hace que el rostro se vea menos firme y más apagado, aparte de favorecer la pérdida de elasticidad. No obstante, para solucionar el problema o complementar la oxigenoterapia, es posible utilizar cosméticos oxigenantes en casa.
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