El corrector es uno de los productos que no faltan en una rutina de belleza habitual. Nos ayuda a camuflar esas imperfecciones y / u ojeras que pueden estar restando luminosidad y frescura al rostro. Pero quizá no lo estés empleando del mejor modo posible y, en consecuencia, no le saques todo el partido. Vamos a ver algunos errores frecuentes para que así puedas evitarlos en tu día a día.
1.- Olvidarte de hidratar el contorno del ojo
De nada (o de poco) servirá que apliques un corrector de ojeras si no cuidas esa zona para obtener los mejores resultados. Es decir, es fundamental que mantengas hidratado el contorno de los ojos. Además de hacerlo diariamente también puedes aplicarte una hidratante justo antes de ponerte el contorno, así harás que se vean menos las líneas de expresión o evitarás que se agriete.
2.- Elegir mal el tono del corrector
Para camuflar una ojera oscura no necesitas un corrector claro. Lo que necesitas es usar el color más apropiado para disimularla dependiendo del color que tenga. Por ejemplo, si tu ojera es azulada o grisácea el corrector naranja neutralizará esa tonalidad.
Si quieres emplearlo para tapar manchas rojas o rosáceas te hará falta un corrector verde y si tus ojeras son más bien moradas, utiliza un corrector amarillo.
3.- Aplicar únicamente en la zona de la ojera
Para que obtengas el resultado deseado aplica tu corrector formando un triángulo invertido, es decir, bajando hacia la mejilla. Después, difumina bien utilizando un pincel. Evita utilizar demasiado producto.
¿Antes o después de la base?
Sinceramente, no sé responder a esta pregunta. He leído ambas respuestas como válidas, es decir, hay quien dice que lo apropiado es hacerlo sobre la base de maquillaje y también he leído que primero hay que aplicar el corrector y, después, la base. En cualquier caso, difumina bien para evitar cortes.