La base de maquillaje es un producto que comenzó a ser usado por profesionales y que poco a poco se va introduciendo en los estuches de maquillaje de cada vez más mujeres. Es el primer producto que debes utilizar antes del fondo de maquillaje, y que sirve para realzar el resto de los cosméticos que utilizamos en la cara.
Este tipo de bases sirven para modificar visualmente las imperfecciones o problemas de la piel. A pesar de que la crema ya puede servir para preparar la piel para el maquillaje, es muy recomendable utilizar una buena base para conseguir un aspecto más luminoso, menos gris y fatigado. Además, con él conseguirás ocultar manchas, granos, poros u ojeras.
En general son productos de textura fluida, ligera y transparente, blanco o pastel, aunque cada vez aparecen más colores que son utilizados para conseguir unos efectos determinados en función de la persona, el lugar y el objetivo que tenga que cumplir el maquillaje.
El blanco es el más básico, transparente y crea homogeneidad en el rostro, mientras que el rosa sirve para iluminar y dar más vida a cualquier cara durante todo el año, con un aspecto más saludable. Los correctores verdes son los que utilizan más a menudo los profesionales del maquillaje para esconder manchas y rojeces.
Para las pieles más claras, es recomendable el uso de bases malva para iluminar, mientras que para la misma función las pieles más oscuras y mate deberán utilizarlas de color azul.
A la hora de aplicarlo debes tener la piel muy limpia y utilizar pequeñas cantidades. Puedes aplicarlo por todo el rostro, puesto que en unas partes servirá para ocultar y en otras para resaltar o iluminar la zona. Es especialmente favorecedor en el contorno de labios y ojos, pómulos y barbilla.
Después de su aplicación, ya puedes utilizar la base de maquillaje. ¡El resultado será casi como de profesional!