Una de las operaciones de estética corporal que más se realiza es la liposucción, mediante la cual se elimina el excedente de grasa. Lo que ocurre es que en ocasiones las acumulaciones localizadas en la región abdominal vienen acompañadas también de un exceso de piel y una exagerada distensión muscular. Esto ocurre en la zona media-baja del abdomen y en circunstancias de ganancia y pérdida posterior de peso considerable, ya sea por el embarazo o por otras causas.
Una de las operaciones más completas que hay para solucionar este problema es la abdominoplastia. Esta intervención consiste en un proceso mucho más perfeccionado que la liposucción, ya que hasta ahora se eliminaba la grasa pero quedaba la piel de la zona muy flácida, pudiendo llegar a formar pliegues en algunos casos. Este hecho provocaba que muchas pacientes tuvieran que volver a pasar por quirófano para eliminar masa cutánea, ya que difícilmente se tensa con ejercicio ni dieta.
Lo que se hace en una abdominoplastia es lo más parecido a diseñar el vientre perfecto en una sola operación. Con esta intervención se resuelve en un único acto terapéutico el exceso de tejido graso (como en la liposucción), también se elimina la piel sobrante de esa zona y el tejido estriado si lo hubiera. Además, se retensan los músculos locales si fuera necesario y, por último, en los casos que se viera afectado, también se corrige el ombligo. El resultado es la recuperación total de una zona que se mostraba muy desfigurada.
Como siempre que hablamos de tratamientos médico-estéticos es importante recordar que has de elegir una clínica que ofrezca todas las garantías de sanidad y seguridad exigidas. Las instalaciones deben contar con quirófano propio y anestesista. Por lo que no vale la pena fiarse de otro tipo de locales que prometen resultados similares y que pueden traerte consecuencias muy negativas para tu cuerpo y tu salud. No olvides en ningún momento que, aunque sea por razones estéticas, te estás sometiendo a una intervención quirúrgica.